Animal
nocturno, ágil y vigoros habitante de las ramas de los
árboles, el tigrillo o margay, "chul ya" en maya
(Felis wiedii yucatanica), es el más pequeño de los
felinos manchados silvestres, apenas un poco mayor que
un gato doméstico. Sus grandes ojos oscuros de pupilas
alargadas y brillantes y su desarrollado sentido del
oído le permiten cazar a sus presas en las oscuras noches
de las selvas tropicales.
Su
larga cola, más que sus patas traseras y sus ojos
enormes, son características de su especie. El color
general de su cuerpo es gris o café grisáceo con el
vientre blanco y está cubierto de manchas negras más
claras en el centro que en las orillas, de forma y
tamaño variable.
Un tigrillo adulto llega a pesar de 3 a 6 kilogramos.
Suele
confudirse con el ocelote (Felis pardalis), del cual
el Diario publicó amplio reportaje en noviembre pasado.
En esa ocasión se hizo referencia a que otro nombre
con el que se conoce al ocelote es el de tigrillo,
debido al gran parecido entre ambas especies. Sin
embargo, la diferencia entre ambas especies radica en que
el ocelote tiene la cola más corta y, por lo común,
es mucho más grande que el tigrillo. Un macho grande de
margay puede ser apenas como las hembras más pequeñas
de ocelote.
Su
rango de distribución en el continente abarca desde el
sur de México hasta Uruguay y Argentina, en altitudes
que alcanzan hasta los 900 metros sobre el nivel del
mar. Aunque se encuentra ampliamente distribuido en
esta zona, siempre parece ser más raro que el ocelote.
A
pesar de que la disminución de su hábitat,
principalmente por actividades humanas, como la
agricultura y ganadería, ha colocado al trigrillo en la
lista de animales amenazados del país, la variedad de
esta especie que habita en Yucatán, Felis wiedii
yucatanica, todavía puede encontrarse al sur y sureste
de la entidad, sobre todo en la frontera con Quintana
Roo, así como en los extremos este y oeste de la costa.
CONOCIMIENTO TRADICIONAL
Como
ningún otro felino pequeño, el margay pasa la mayor
parte de su vida trepado en los árboles, donde duerme de
día y se alimenta de noche. Su dieta está formada
principalmente por aves, aunque también come reptiles y
mamíferos arbóreos pequeños.
Puede
aparearse en cualquier época del año. No se conoce
su período de gestación, pero llega a tener de 2
a 3 crías, las cuales nacen ya moteadas y comúnmente
en un tronco hueco, aunque en un estudio sobre áreas de
incidencia y relaciones ambientales de los felinos en Yucatán,
realizado en 1990 por los estudiantes de Biología de la
UADY David Alonso Parra y Julián Granados Castellanos,
se menciona que también es frecuente que los tigrillos
nazcan en el interior de una sascabera.
Según
consta en ese estudio, actualmente muy pocos
campesinos yucatecos pueden distinguir entre el ocelote
y el tigrillo, sobre todo por sus huellas y
características de pelaje.
"Una
muestra clara de la pérdida del conocimiento
tradicional sobre la fauna del campesino maya se
ejemplifica con el bajo porcentaje de encuestados que
puede distinguir al tigrillo del ocelote", señalan los
estudiantes. Como todos los felinos, el tigrillo es un
depredador carnívoro por excelencia. Sus hábitos y su
mismo organismo están perfectamente adaptados para la
cacería.
Aunque
el tigrillo es una especie amenazada, no se considera
en peligro de extinción. La diferencia radica en que
cuando una especie está amenzada puede recuperar sus
poblaciones si se detienen los problemas que lo
afectan, generalmente la destrucción de su hábitat o su
cacería.
Por
el contrario, para una especie en peligro de extinción
no es suficiente detener el daño causado, se necesita
además implementar programas de recuperación, como
protección de áreas donde habita o reproducción en
cautiverio.
NI UNO IGUAL A OTRO
El
tigrillo es el único felino del Nuevo Mundo que puede
bajar un árbol de "cabeza", es decir, de cara al suelo,
gracias a las uniones de sus tobillos que los hacen
rotar la suficiente, como sucede con las ardillas.
Existe
mucha variación individual en el patrón de las manchas
y la coloración general del cuerpo, por lo que no
existe un tigrillo igual a otro. Sus patas son muy
grandes y sus flancos fuertes y flexibles le permiten
andar entre las ramas.
Con
base en encuestas entre la población del interior del
Estado, en el trabajo de los estudiantes de Biología de
la UADY se indica que la distribución del tigrillo en
Yucatán presenta mayor incidencia en los petenes
(islotes de árboles que crecen entre la vegetación baja
inundable de los pantanos a la orilla de la costa), en
el monte alto y en la vegetación secundaria, conocida
en maya como "hub'che". También es posible encontrarlos
en la milpa y en el plantel (monocultivos de
henequén), donde es más escaso.
El
nombre maya "chul ya" es el más utilizado en
Yucatán para este felino manchado, sin embargo, también
se le conoce en algunos lugares como "chulul" o "Chuchul".
Según el Diccionario Maya Cordemex, chu'chul significa
"pequeño animal que mama".
La
mayor presión que sufre el "chul ya" de las
actividades humanas en Yucatán es la cacería y, en
mayor medida, los desmontes para agricultura y
ganadería, así como la infraestructura urbana y de
comunicación, que ocasiona cambios drásticos en su
hábitat.
En
la entidad, los felinos se cazan por la demanda de su
piel, para el comercio de crías y como consecuencia de
que se alimentan de animales domésticos.
La
demanda de pieles y crías de éste y otros felinos
silvestres ha ocasionado que su cacería se convierta en
alternativa de ingresos para los pobladores locales.
Empero, al parecer la cacería de felinos no se realiza
como actividad específicamente dirigida hacia ellos,
sino que es una práctica adicional que se dirige al
venado.
CAMBIOS
En
los principales centros de población, como Mérida,
Progreso, Motul, Izamal, Tizimín, Valladolid, Tekax y
Ticul, se ha modificado el uso de la fauna, pasando de
complemento alimenticio a fuente alternativa de
ingresos y actividad recreativa.
Generalmente,
el mercado de pieles se basa en el jaguar, el ocelote y
el tigrillo, mientras que el comercio de crías abarca
también a los pumas.
La
cacería de felinos puede ocurrir en cualquier época
del año, aunque existe preferencia por las pieles durante
la temporada de sequía, cuando son más firmes y
brillantes que durante las lluvias, siendo en el Oriente
donde se encuentra el mercado principal para su
comercio.
En
cuanto a su distribución por regiones, se realizó
una zonificación por áreas urbanas, indicando la
presencia o ausencia del tigrillo:
Para
la zona urbana que comprende Mérida, Progreso, Motul e
Izamal no se tienen reportes de la presencia de
tigrillo. Para la zona comprendida por Tizimín y
poblados aledaños es probable encontrar a esta especie
en las afueras de la zona urbana, al igual que para
Valladolid y sus alrededores.
La
probabilidad de encontrar al tigrillo aumenta hacia el
sur de los municipios de Ticul, Pustunich, Yotholín,
Oxkutzcab, Akil y Tekax.
Las
extensiones de bosques tropicales donde habita el
tigrillo o margay disminuyen en grados alarmantes. Sólo
la protección de las selvas que aún se conservan puede
asegurar la existencia futura de este animal nocturno.